jueves, 17 de junio de 2010

Invocación de Armstrong, Kelley


Iban a enviarme a una residencia para chavales majaras. Creían que estaba loca. No lo estaba. Yo había cumplido quince años y tuve mi primera menstruación; eso tenía que contar para algo. No podía se casual que ese mismo día comenzase a ver cosas. Todas esas hormonas acumuladas habían estallado y mi cerebro quebró, arrancando imágenes de películas olvidadas, engañándome y haciéndome creer que eran reales. Si estuviese loca haría algo más aparte de ver y oir a gente que en realidad no se encontraba allí. Actuaría como una chiflada, y no lo hacía. ¿Lo hacía? Chloe Saunders ve muertos. Sí, como en las películas. El problema es que, en la vida real, cuando ves fantasmas en el colegio y te peleas con ellos, te mandan a un psiquiátrico. Deciden internarla en la Residencia Lyle para adolescentes "problemáticos". Pero ese lugar no es lo que parece y sus compañeros tampoco: algo siniestro y muy oscuro tienen en común Chloe y el violento Derek, siempre callado y huraño; su amabilísimo hermano Simon; la manipuladora Tori; rae y su extraña afición por el fuego... La Residencia Lyle oculta un escabroso secreto, y Chloe va a darse de bruces con él.

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