lunes, 10 de enero de 2011

Obituario privado de Eximeno, Santiago


El cuerpo yace en el suelo, la espalda apoyada contra la pared. Está desnudo, los ojos cerrados, los dedos de la mano derecha crispados, como si quisiera atrapar el aire que se desliza entre ellos. Su piel está surcada de heridas, trazos abiertos al azar por un escalpelo descuidado.

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